Desde que se iniciaron los estudios de sexualidad, uno de los temas de discusión más controversial ha sido el tema referente a las “parafilias”. Al inicio Sigmud Freud acuñó bajo el término de perversiones todos los comportamientos sexuales que desviaban el objeto de la sexualidad así como su fin. Para Freud la sexualidad debía de tener por objetivo el intercambio de dos adultos, hombre y mujer ellos, con la finalidad de intercambiar fluidos. Aceptó él que existieran juegos previos de tipo “perverso”, siempre y cuando estos no llegasen a sustituir el coito.
Entonces los actos en los cuales se desvía la finalidad del coito, como el vouyerismo, o bien los que desvían el objeto, como la zoofilia, eran considerados perversos, y de ahí que se derivara la connotación de pervertido a la persona que tiene preferencias sexuales “anómalas” o “anormales” En el enlace del artículo, se discute sobre los conceptos de la normalidad de estos términos, y de cómo deben ser vistos en la experiencia humana.